En Colombia se quiere luchar intensamente por el turismo sexual, que es una práctica muy habitual en ciudades como Bogotá y Medellín, donde personas de fuera buscan niños y niñas de menos de 18 años para tener relaciones con ellos. A cambio le suelen pagar con algo de dinero y demás. Estas actuaciones son simplemente desagradables y dignas de pena de cárcel, pero por desgracias estos turistas indeseables son complicados de atrapar, porque nadie ayuda a su captura.

turismo-sexual.jpg

Son los taxistas y los dueños de hoteles los que se callan, porque a ellos les paga un buen dinero por su servicio y para que uno le lleve al lugar donde pueden encontrar niñas para tener relaciones y en otro lugar pueden llevarlas a cabo. Es lamentable que el género humano siga teniendo este tipo de individuos, que no se merecen el mínimo respeto, porque viajar hasta otro país en busca de relaciones es lamentable, pero mucho más tener esas relaciones con menores, que además es un delito muy fuerte.

Estos taxistas y hoteleros deberían pensar en el beneficio de poder dar datos para que estas personas sean capturadas y no dejar que se escapen impunemente, como si no hubieran hecho nada. Esperemos que se puedan hacer mejor las cosas y que las personas no ayuden a estos individuos que se aprovechan de la necesidad de las personas pobres para poder tener relaciones con ellas. El castigo es fuerte, pero para ello deben antes encontrar a las personas que cometen estos actos.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el permalink.